Una de las más sentidas preocupaciones de un Estado es la salvaguarda de los bienes públicos, por ello los protege con la Constitución, la ley y la jurisprudencia, más aún si se trata de instituciones que ofrecen servicios públicos imprescindibles para la vida y la economía.

Las Empresas Municipales de Cali -EMCALI- es uno de los bienes más preciados de la ciudad y la región, han sido construidas con el esfuerzo de cada lugareño y han atendido las necesidades más sentidas de cada hogar e industria, por ello es comprensible la enorme sensibilidad de la opinión pública a propósito de su destino.

La ciudadanía está atenta a las propuestas que tengan que ver con el porvenir de EMCALI. La polémica se desató por la iniciativa del Alcalde de transformar y modernizar la empresa, radicada en el Concejo Municipal. La primera pregunta a propósito del asunto es muy sencilla ¿por qué es necesario transformar y modernizar EMCALI?

Cada uno de los siguientes hechos se encuentra debidamente respaldado por estudios serios y estadísticas de dominio público: a) EMCALI debe más de dos billones de pesos y tiene inmensas dificultades para pagar; b) EMCALI pierde clientes y confianza: el 66% de los clientes empresariales de energía ya no utiliza sus servicios, el 10% de la energía residencial se ha ido hacia otros proveedores, el 35% de la Banda Ancha la ofrecen otros operadores y perdió el 22% de la telefonía tradicional; c) EMCALI  se encuentra agobiada por las pérdidas: más de 20% de la energía y el 41% del agua se desperdicia o no se contabiliza; d) EMCALI no tiene capacidad de endeudamiento ni de inversión, se encuentra endeudada y maniatada por un convenio con los acreedores. Sólo estos hechos serían suficientes para transformarla porque por sí misma no tiene posibilidad alguna de sobrevivir, pero hay más.

La historia de los servicios públicos va de la mano con la historia de la ciencia y la tecnología. La potabilización del agua, la generación y transporte de energía, el telégrafo y la telefonía tradicional, la Internet, las comunicaciones de última generación, todos estos servicios que contribuyen a la calidad de vida y sin los cuales no concebiríamos la actual civilización. Pero cada una evoluciona con diferente velocidad, ejemplo de ello las telecomunicaciones que, en sólo una generación, han mutado de modo tan vertiginoso que han transformado el trabajo, las comunicaciones y el entretenimiento; la televisión, por ejemplo, migra sin retorno hacia Internet. De otra parte, los mercados son distintos, el servicio de agua y alcantarillado está estrechamente vinculado al territorio y difícilmente EMCALI ofrecería servicios a Maicao o Leticia; energía no ofrecemos porque no somos productores; y las telecomunicaciones podríamos ofrecerlas a cualquier lugar del mundo si tuviésemos la tecnología, el capital y la experiencia para ello.

Los indicadores anteriores corresponden al panorama actual y serían argumento suficiente para transformarla, pero ¿qué le reclama el futuro a la empresa? El panorama hacia el futuro es altamente exigente pues tiene EMCALI  dos grandes retos: a) en el marco de la globalización y los tratados de libre comercio, servir de plataforma tecnológica y de servicios para el desarrollo local y regional; la región tiene atado su destino a lo que su empresa le ofrezca, de lo contrario otras empresas colonizarán nuestros mercados e impondrán sus condiciones en los servicios y en las tarifas; y b) contribuir con sus rendimientos a la inversión social en la ciudad y la región; Medellín muestra grandes obras sociales porque EPM aporta jugosos recursos a la municipalidad mientras EMCALI no sólo no aporta al municipio sino que los demanda.

Ante este diagnóstico somero y sumario cabe la pregunta ¿puede la empresa por sí sola salir del atolladero en el que se encuentra, ser sostenible como empresa y garantizar la sostenibilidad de los servicios? Más allá de identificar responsables por la situación en la que se encuentra, lo que la ciudadanía reclama es simple: ¡que la empresa preste el mejor servicio a precio equitativo!

¿Está en capacidad EMCALI de prestar el mejor servicio a una tarifa socialmente justa? La respuesta es sí siempre y cuando se transforme y modernice porque así como vamos, vamos muy mal. Por ello, la Alcaldía ha hecho de una situación difícil, controversial e indeseable una oportunidad, y ha transformado el escenario de la devolución de las empresas a la municipalidad en un escenario para la transformación y modernización en beneficio de la ciudad y la región. Es necesario agregar que la nueva ley de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones genera las condiciones para que el país y sus empresas de telecomunicaciones se lancen a la conquista del mercado interno y del mercado mundial con nuevas herramientas jurídicas y con nuevos instrumentos administrativos y tecnológicos.

Es por ello que la propuesta de reestructuración y modernización de EMCALI formulada por la municipalidad comprende varios elementos. En primer lugar la reforma de la estructura interna, en segundo lugar la capitalización y en tercer lugar la modernización tecnológica; todo ello bajo la sombrilla de un socio estratégico con tecnología, experiencia y capital. La reforma interna puede lograrse sin crear una filial, pero lo segundo y lo tercero requieren un socio tecnológico con capacidad financiera y experiencia. Para la capitalización y la inversión tecnológica de largo aliento, es imprescindible contar con un socio de rango mundial que juegue en las grandes ligas de las comunicaciones y de la cibercultura.

La filial es una empresa que tiene tres grupos de socios: EMCALI con el 51% de las acciones que le permiten controlar la Junta Directiva; el socio estratégico que, además de adquirir desde el 34% de la filial, debe ofrecer la posibilidad de generar procesos manufactureros en la ciudad; y el 15 % restante de socios que son personas que adquieren acciones como en su momento sucedió con ECOPETROL.

Con o sin intervención de la Superintendencia, es necesario reestructurar y modernizar EMCALI. Una Alcaldía con pensamiento estratégico y visión de futuro asume la responsabilidad por decisiones que despejan el destino de la ciudad y la región. Esta es la consigna de la actual Alcaldía que ha asumido responsablemente el reto de recibir la administración de EMCALI y de transformarla y modernizarla para beneficio de Cali y del suroccidente colombiano. / Johannio Marulanda Arbeláez, director Departamento Administrativo de Planeación Municipal

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