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A sus 60 años, Luis Edel Carabalí Carabalí continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos con sus violines, en especial el de guadua.
Este cultor de los violines caucanos, quien se hizo conocer en el Petronio Álvarez de 2008, ingresó este viernes 12 de agosto al Instituto Departamental de Bellas Artes a dictar cátedra y a contar su vida y obra con este instrumento acústico de cuerdas en marco del citado festival en las universidades.
A lo largo de su trayectoria, que empezara desde que tenía unos 10 años e inspirado por su padre, Luis Edel se aferra al violín construyendo a esa edad, los primeros en guadua, a los que les sacaba suaves melodías, inspiradas en el río y el campo donde se crió, por allá en la vereda el Palmar, en el caucano municipio de Santander de Quilichao.
Anota mientras aruña suavecito el pequeño instrumento: “todos esos elementos de mi entorno, como la brisa, el viento o donde huele a pasto fresco, a café, a piña recién cogida, lo ayudan a uno a hacer música, a darle vida a las notas, que como musas empiezan a “volar” por el aire, para embelesar a unos y otros, al tiempo que muestra la alegría de nuestras almas”.
Cuenta también que empleaba un pequeño radio en el que escuchaba música clásica, tratando de seguir las notas, como siguiendo un dictado, afinando oído, mente y manos, haciendo así sus primeros pininos, lo que lo forjó prácticamente como un autodidacta del violín.
Y es precisamente en esta municipalidad donde le dio por ser profesor de música para dar un impulso a los niños y donde ha logrado sembrar esa semilla, que sigue germinando, para que este fragmento de la cultura siga dando sus frutos, así como sucedió con él.
Además de este legado, en su recorrido melodioso tiene en su haber varias composiciones, ya grabadas, algunas inspiradas en sus propias vivencias como La Patirrucia, Con el Alma en el Corazón, Lo Mejor de Nuestra Tierra, Pa´tras y pa´lante, La Herencia de mi Apá, Tierno Niño, entre otras.
Acerca del Festival Petronio Álvarez, argumentó durante su interacción con los jóvenes músicos del Instituto de Bellas Artes, que “este, que hoy cumple 20 años, es un espacio cultural de gran importancia que ha permitido que gente de Colombia y fuera de sus fronteras haya podido conocer su música, siendo de esta manera un abre puertas para internacionalizar el folclor del Litoral Pacífico hacia distintos lugares del mundo”.
Finalmente, Luis Edel Carabalí Carabalí invitó a los colombianos a seguir haciendo música, porque ésta une a los pueblos, propicia alegría y es un motivo más para dar sentido y continuar en el trasegar de la vida.
Gustavo Sánchez