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En una luz para cerca de 400 personas que no tenían claro cómo acceder a la justicia en cualquiera de sus ramas, se convirtió la brigada de la Casa de Justicia de Aguablanca que durante cinco horas atendió a la comunidad de Potrero Grande sobre temas como inasistencia alimentaria, divergencias por convivencia, reparación de víctimas, asesoría a desplazados, identificación y conciliaciones.

Para Rodrigo Valencia, coordinador de la Casa de Justicia de Aguablanca, estuvo al frente del programa adscrito al Ministerio de Justicia y que se convierte en piloto gracias a la descentralización de los servicios que se prestan al interior de su sede.

Manifestó que la jornada se programó en Potrero Grande dada la gran demanda que se tiene de los servicios. “Ellos no acuden por barreras tradicionales de acceso a la justicia como el componente económico. Muchas veces no tienen ni lo del bus, pero también hay barreras culturales porque no saben qué pueden hacer en una Casa de Justicia”, advirtió el abogado de la  Secretaría de Gobierno de Cali.

En ese sentido, la Casa de Justicia móvil a la que asisten todas las instituciones adscritas a la sede principal, brindaron la asistencia jurídica y explicaron las competencias y las rutas de atención de instituciones como la Defensoría del Pueblo, los magistrados en los civil y laboral, el ICBF, las inspecciones de Policía, las Comisarías de Familia y los Centros de Conciliación de las Universidades Javeriana, Icesi y Santiago de Cali.

Luz Marina Sánchez, directora del Consultorio Jurídico de la Universidad Icesi, calificó la iniciativa como “excelente oportunidad para servir a la comunidad que requiera las diferentes ramas del derecho. Sobre todo nos buscan para dar asesorías a víctimas y conciliar con vecinos”.

También se demanda en el área de familia. En dicha jornada se atendieron 26 casos al igual que por violencia intrafamiliar. En total se atendieron más de 100 personas por diferencias o claridades jurídicas.

Zoila Rosa Valencia, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Potrero Grande, cuenta que definitivamente para la gente, “esto es una bendición de Dios porque tenemos muchas necesidades en temas judiciales o jurídicos pero como no conocemos rutas nos queda más difícil solucionar pero si ellos vienen hasta nosotros y vienen y nos capacitan, orientan o solucionan, pues vamos a descansar nuestras mentes porque ya sabemos qué debemos hacer y a dónde acudir”, dijo la líder comunitaria.

Recalcó que estas brigadas sirven y que si se convierten en un proceso continuo, sin duda las personas van a solucionar más rápidamente su vivir.

Anna María Castro Casas