“Para ganarse la vida no necesariamente se tiene que ser empleado, uno puede salir adelante con emprendimiento. Estoy seguro que ustedes son capaces en confecciones, mecánica, electricidad… aprendan a trabajar independientes, al principio es duro, pero después a mediano plazo de la lucha inicial salen adelante y deben acompañarlo con el ahorro”.
Estas fueron las palabras que el Alcalde de Cali, Maurice Armitage, dio a los 350 jóvenes afrodescendientes e indígenas en condición de vulnerabilidad y desplazamiento de las comunas 13, 14, 15, 16 y 21 de Cali, que se certificaron este martes 8 de marzo en formación técnica laboral impartida en los programas de Auxiliar Contable, Mecánica Automotriz, Mecánica Industrial, Sistemas, Electricidad, Artes Gráficas, Logística , Cocina, Confecciones y Asistencia administrativa.
“Cerca de 4,6 millones de colombianos han salido de la pobreza en los últimos años. 170 mil son en Cali y nos sentimos muy contentos de estos resultados. Estos jóvenes son maravillosos, de los 350 que se graduaron, ya más de 200 tienen empleo. Cerca de 100 empresas están participando” afirmó Tatiana Orozco, Directora de Prosperidad Social.
Nueves meses duró la etapa lectiva con apoyo psicosocial y seis meses en prácticas en puestos de trabajo de este proyecto de Etnias “Oportunidades para la vida”, realizado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional - USAID, ACDI/VOCA en alianza con Prosperidad Social – PS y Don Bosco.
Jeison Eduardo Méndez, habitante del barrio el Diamante, fue uno de los beneficiados a quien estudiar sistemas le ha servido para apoyar a su hermano que tiene un pequeño taller de mantenimiento de computadores en este barrio. “Este programa ha sido muy bueno, es gratificante estar en este proceso, me ha ayudado en lo personal y lo profesional” manifestó el joven graduando.
Este es el primer grupo de jóvenes de población vulnerable que asiste a este programa en Cali con Prosperidad Social. Se espera que en segundo semestre del año se puedan capacitar 500 más en Cali y 700 en Buenaventura.
María Antonia Andrade