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Con el objetivo de salvaguardar la paz y tranquilidad ciudadana, las autoridades caleñas analizaron las medidas a tomar ante el crucial encuentro final del torneo de la categoría B, que se llevará a cabo este domingo 8 de junio, a partir de las 7:00 de la noche en el estado Pascual Guerrero, entre América y Jaguares de Montería.
El alcalde de Cali, Rodrigo guerrero Velasco, señaló que se dispondrán más de 2500 efectivos de la Policía Metropolitana tanto en el estadio y sus alrededores, como en las entradas a la ciudad y otros sitios de alta afluencia de público, como centros comerciales y zonas de diversión donde los aficionados podrán observar el partido.
Igualmente, dijo que en el consejo de seguridad también se determinó imponer una franja de ley seca en un perímetro de 500 metros alrededor del estadio sanfernandino.
“Es lamentable que una actividad de deporte y alegría nos lleve en esta capital a prepararnos para una guerra, disponiendo muchos policiales y replanteando las actividades asistenciales en el Hospital Universitario del Valle, lo que no tiene sentido”, anotó.
El mandatario también mostró su desacuerdo con las directivas del fútbol profesional colombiano por la programación nocturna del encuentro futbolero, al considerar que se hubiera podido realizar en horas de la tarde.
“Esta situación, que se da posiblemente por cumplir cronogramas e intereses de la televisión privada, sin pensar en los de la ciudad, nos obliga a redoblar el pie de fuerza policial en un horario complicadísimo, lo que llevará sin duda a una discusión posterior para la realización de partidos futuros en esta capital”, manifestó en forma vehemente.
Guerrero Velasco continuó diciendo que: “Otro punto que vamos a revisar son las cláusulas de arrendamiento del Pascual, para que al siguiente torneo podamos realizar partidos preliminares o competencias de atletismo, como se hacía otrora, pues este aspecto ayuda a la distracción del público que desde temprano ingresa al máximo escenario de los vallecaucanos, lo que evita que se minimicen las oportunidades para pelear o consumir alguna sustancia alucinógena o embriagante”.
Gustavo Sánchez