Existen dos historias urbanas alrededor del monumento del Perro construido en el parque que lleva su mismo nombre en el tradicional barrio San fernando de Cali. Las dos historias concluyen en el envenenamiento del perro "Teddy".  La primera se remonta a los años 50, cuando aparentemente el perro mordió a un muchacho del barrio y él en venganza, posteriormente o evenenó causándole la muerte. Dos décadas más tarde, el entonces Mayor de la Policía Victor Alberto Delgado Mallarino, gestionó el monumento en memoria del canino, compañero fiel en sus años de juventud. 

La segunda historia, data del año 1966, cuando un perro de raza pastro alemán, fue envenenado por un vecino del sector, quien no soportoba el hecho de que su perro nunca le hubiera podido ganar a Teddy, que por muchos años fue campeón nacional en actividades de entrenamiento. 

Los restos mortales de "Teddy" reposan en el suelo donde se levanta su momento desde 1970, orginalmente emplazado como una figura que poco recogía los rasgos del perro y que era considera por muchos como un adefesió, con una oreja de cartón y sobre un muro pintado de rojo. Las restauraciones al parque, sin embargo, han incidido positivamente tanto en el monumento como en el parque que actualmente está incluido dentro del patrimonio cultural de la ciudad.