
La edad no es impedimento para disfrutar de la fiesta y la música del Petronio, así lo demostraron los abuelos y personas en condición de discapacidad que gozaron al son de la Chirimía y Marimba.
Luis Eduardo Barrera, abuelo de la Fundación Cottolengo, expresó el amor por la música del Pacífico, “es la más bella y viviendo estos momentos vuelvo a mi niñez, todos somos Pacífico”.
Resaltó además que el sitio ha sido el mejor, pues por su discapacidad se le dificulta desplazarse en espacios muy cerrados, “yo soy ciego y formidable que este año trasladaran el Petronio a este lugar, hace tres años estábamos amontonados y el espacio aquí esta formidable”, puntualizó.
También aprovecho para dejar un mensaje a los niños y adolescentes: “no a la droga que la vida es buena sin drogas, yo quedé ciego por la drogas y quiero dejar un mensaje a los jóvenes porque no quiero que les pase lo que me paso a mí., concluyó.
Entre ritmos, bailes y alegría, Álvarez Ramírez de 85 años, disfrutó hasta el final demostrando que la edad no importa cuando se trata de gozar de un gran espectáculo. “Si amamos la música nos amamos nosotros, la música arregla todo; cuando uno se disgusta, sale de la casa enojado y a la media cuadra escucha una canción, se olvida todo el espíritu se anima y se contagia de alegría”.
Los abuelos seguirán disfrutando de un espacio que cumple con todas las condiciones para su disfrute, prioridad del alcalde Maurice Armitage, quien ha velado por tener un sitio que incluya las mejores adecuaciones para los caleños.
Yuliana Valencia