
Problemas fitosanitarios como ataque de bacterias, plagas, hongos y de insectos; daños mecánicos que comprenden el anillamiento, estrangulamiento al tronco y a las ramas al incrustar objetos como llantas, alambres y claves, además de golpes por impactos al tronco o las ramas, en ocasiones por vehículos, sumado a los machetazos de personas inescrupulosas, son algunos de los factores que pueden generar el volcamiento de los árboles.
Así lo argumenta la directora del Dagma, Martha Cecilia Landazábal Marulanda.
“A la fecha, hemos detectado que se deben intervenir 14.800 por factores como los mencionadas y que pueden ser considerados como en alto riesgo. Las podas o talas necesarias se ejecutarán este año mediante recursos de sobretasa ambiental. En los próximos dos meses ya tenemos programados intervenir 966 árboles”, precisa la funcionaria.
En el mismo sentido, la Directora de la autoridad ambiental explica que otros ataques a los que se exponen los árboles son “la mutilación, es decir, el corte en las copas de los árboles sin las técnicas adecuadas, que terminan no solo la deformación de la silueta, sino que genera su desequilibrio y descompensación y que llevan al desplome de los individuos arbóreos, principalmente en época de lluvias”, asegura la ingeniera forestal.
La funcionaria expone otros factores que generan volcamiento de los árboles: “Son las intervenciones por parte de las empresas de telefonía, acueducto, alcantarillado o aquellas que presenta el servicio de gas, en ocasiones realizan la poda de raíces sin tener en cuenta la simetría de los árboles de acuerdo a cada especie, que afectan la estabilidad del árbol”.
Para evitar situaciones como esas y asegurarse que las empresas realicen intervenciones adecuadas al momento de instalar las cuerdas y tuberías necesarias para ofrecer sus servicios, deben solicitar el concepto técnico del Dagma, como lo explica la funcionaria.
“El estatuto arbóreo, aprobado el 31 de octubre del año pasado, es la herramienta jurídica para reglamentar y promover las actividades del Estado y de los particulares respecto a la malla verde de la ciudad. Por eso, es que a partir de este documento las empresas no tienen excusas para no solicitar al Dagma el concepto ambiental para realizar alguna intervención”.
Agrega que “de esta manera, garantizamos que las intervenciones sean responsables con la salud de los árboles y lo más importante, con la calidad de vida de las personas que los tienen alrededor de sus casas. Buscamos garantizar que las podas sean con las técnicas referidas del Dagma y así no se altere la infraestructura del árbol”.
// Ximena Cabrera Minotta
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