A la mayoría de nosotros nos parece natural tener acceso al agua potable. La usamos para todo, la dejamos correr, siempre estuvo ahí y “estará”, como el aire que respiramos y también así de imprescindible. Sin embargo este pensar no es muy consciente en cuanto al uso adecuado y eficiente que se debe dar a este privilegio natural. En Colombia, el campo es el sector que más agua demanda, con 70%; le siguen los procesos industriales con 22%, y en el último lugar están los hogares con 8%.
En el DAGMA con la resolución N°4133.0.2100 del 31 de Diciembre de 2014, “por medio de la cual se adoptan los términos que hacen referencia para formular Programas de Uso Eficiente y Ahorro de Agua PUEAA y se fijan otras disposiciones en el área urbana de Santiago de Cali”, se busca generar conciencia y la sostenibilidad del recurso hídrico.
Vale la pena entender analizar los factores que la ponen en peligro y donde está nuestra responsabilidad para proteger este esencial e indispensable recurso.
¿Qué hacer? Pequeñas acciones producen grandes cambios Los cambios no se generan de un momento a otro, algunas personas hoy en día cierran la llave cuando se cepillan los dientes, con el paso de los años alguno miden su tiempo bajo la ducha. Pero aún quedan, personas y organizaciones que no son conscientes de que entre todos conformamos una red hídrica. Si cada uno de los integrantes de una familia se comprometiera con una labor específica que garantice el uso responsable del agua, podríamos notar cambios en unos cuantos años. Aquí te presentamos algunas acciones caseras sencillas con las que puedes mejorar la red de uso eficiente del agua. |
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